Aldo Ciccolini nació en Nápoles, Italia, en el año 1925, italiano de nacimiento, en el año 1969 decidiría obtener nacionalidad francesa, país en el que reside desde el año 1949, concretamente en París, haciendo en cierta forma de la música francesa su verdadero escudo como gran pianista.
Aldo Ciccolini comenzó sus estudios musicales en Nápoles con Paolo Denza, el cual por su lado había sido alumno de Ferrucio Busoni. Los mismos no solo abarcaron el piano sino también la composición.
En 1941 hace su debut ante el público ejecutando el “Concierto para piano y orquesta en fa menor” de Chopin. En 1943 logra también un primer premio en el campo de la composición. Obtiene varios galardones musicales en el campo pianístico hasta lograr nada menos que el “Long – Thibaut” en París (1949).
Manifestó una gran desilusión con relación a su país de nacimiento, dado que reconoció que en Italia nunca hubiera podido hacer una carrera internacional como pianista, e incluso, según sus propias palabras, el peor enemigo del italiano era “el propio italiano”. También reconoció con el paso de los años que el primer premio del concurso “Long – Thibaut” le posibilitó catapultarlo a una gran carrera internacional como pianista, pero que en la actualidad el obtener este tipo de logros, no significaría necesariamente convertirse en un artista con gran reconocimiento. Ciccolini hasta es de la idea de que esta clase de concursos pueden llegar a ser peligrosos debido a la calidad de los jurados que lo presiden. Muchos de ellos, según su opinión, dan preferencia a pianistas que son más bien “atletas del piano”, pero que en realidad no dicen nada como músicos, y desgraciadamente estos últimos son dejados de lado.
En 1959 hace su debut en la ciudad de Nueva York tocando junto a Dmitri Mitropoulos. ¿Qué es lo que nos ha demostrado este ítalo – galo desde el punto de vista pianístico? Que en su etapa de madurez ha sido un verdadero defensor de la música francesa, sea de los más conocidos como Claude Debussy, Saint – Saëns, Maurice Ravel, como también de aquellos que estarían algo olvidados: Charles Valentin Alkan, Eric Satie, Déodat de Séverac, Emmanuel Chabrier, Alexis de Castillón y Jules Massenet (obviamente este último en el aspecto pianístico, no en el operístico).
Del primer grupo hizo prácticamente todo, y en cuanto a los últimos, rastreó sus composiciones, las llevó a las salas de conciertos y también a las grabaciones. Ciccolini ha hecho con ello una gran contribución al arte pianístico mediante el reconocimiento hacia estos compositores.
Por Satie siente gran admiración y lo considera como un “místico” y el padre de la música moderna. Con respecto a este compositor francés, considerado por muchos como excéntrico, opina que lo admira debido a que sus composiciones expresan ironía, sentido de libertad, humor y un costado “vagamente melancólico”. Hay que agregar que también rastreó algunas obras de Liszt como las “Armonías poéticas y religiosas” las cuales ejecuta de manera impecable, con gran profundidad conceptual y emocional.
El aporte de Ciccolini también ha sido excelente como docente puesto que ocupó una cátedra muy importante en el Conservatorio de París desde 1971 hasta 1989. El 9 de diciembre de 1999 Ciccolini cumplió medio siglo de residencia en Francia, y por esta causa la celebró con un concierto memorable en el Théâtre des Champs-Élysées en París.
Tres año más tarde recibió el premio “Diapasón de oro” por la obra integral del compositor checo Leos Janácek, como también por la versión completa de las obras de Robert Schumann y el ciclo completo de las sonatas de Beethoven. También ha registrado en primera versión composiciones tales como el “Concierto de mayo” de Marcel Delannoy (1950), el “Concierto para piano en do” de Nino Rota (1988) y el “Concierto para violonchelo y piano” de Gerard Schurmann junto a Adolfo Odnoposoff (1968).
Ciccolini es conocido también por su interpretación de la música de Franz Liszt. Ha hecho cientos de grabaciones para EMI-Pathé Marconi y otras compañías discográficas, incluyendo los ciclos completos de las sonatas de Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven, y los trabajos de piano completos de Erik Satie.
El 9 de diciembre de 1999, Ciccolini celebró su carrera en Francia, que rebasaba los 50 años, con un recital en el Théâtre des Champs-Élysées de París.
En 2002, Ciccolini fue premiado con el Diapason d'Or por su grabación de la obra completa para piano de Leoš Janáček en la compañía Abeille Music y de Robert Schumann por Cascavelle. Su ciclo completo de las sonatas de Beethoven fue republicado bajo la marca Cascavelle en el año 2006.
Gymnopédie nº 1 de Erik Satie
Nocturno 20 de Chopin
Fantasía Polaca de Chopin