Aquejado de una gravísima enfermedad ósea (osteogénesis imperfecta), apenas llegaba al metro de altura, superó su discapacidad hasta el punto de convertirse en un artista de talento y renombre internacional, entre los mejores pianistas de jazz del mundo.
Su padre, Antoine Tony Petrucciani, guitarrista de jazz, fue su profesor de música (le enseñó a tocar el piano) y posteriormente colaboró en varios de sus discos. Sus dos hermanos también son músicos (alumnos de Tony): Louis es contrabajista y Philippe, guitarrista.
Estudia piano clásico y a los 12 años actúa acompañado por su padre en la guitarra y su hermano Louis en el contrabajo.
Su enorme talento le hace destacar desde muy joven y a los 17 años graba su primer disco.
El año siguiente inicia con un trío de excepción con Jean-François Jenny-Clark y Aldo Romano, una serie de espléndidas grabaciones para el sello francés OWL.
En 1982 se traslada a California y se convierte en el pianista del grupo del saxofonista Charles Lloyd, cuando éste regresa a la escena después de un prolongado retiro.
También actúa a dúo con Lee Konitz. Aunque sigue grabando en Francia, sus estancias en Nueva York propician sus primeros discos americanos, hasta que en 1985 inicia su período en el sello "Blue Note" con "Pianism", una grabación en trío con Palle Danielson y Elliot Zigmund. El año siguiente actúa en Montreux en trío con Wayne Shorter y Jim Hall, encuentro que se publica bajo el título de "Power of Three", uno de sus grandes discos.
En trabajos posteriores - "Music", "Playground"-, se acerca a las fórmulas de la fusión eléctrica con producciones en las que se diluyen sus mejores virtudes.
Su último disco para Blue Note es un solo en homenaje a Duke Ellington, uno de sus compositores favoritos, y una clara influencia para cualquier pianista.
En 1994 vuelve a grabar para una compañía francesa, Dreyfus, con "Marvellous", en trío con el soberbio apoyo de Dave Holland y Tony Williams y el sorprendente añadido de un cuarteto de cuerda. También en este año se le condecora como Caballero de la Legión de Honor de París.
Su absorbente personalidad le hacía preferir las formaciones reducidas, y en los últimos años una de las más fructíferas fue su insólito y excepcional encuentro a dúo con el organista Eddy Louiss, plasmado en los dos volúmenes de "Conference de Presse".
Pero por encima de todo se vuelca en el solo, del que era un verdadero maestro. El doble CD recogido en sus actuaciones en París "Au Teathre Des Champs-Elysees" es probablemente la cima de su carrera discográfica.
En 1997 da un nuevo giro formando un grupo más amplio, un sexteto en el que se integran dos jóvenes revelaciones italianas de la corriente neo-bop: Stefano Di Battista y Flavio Boltro, con el que graba "Both Worlds". Michel Petrucciani actuó con relativa frecuencia en nuestro país en solitario en varios de los festivales de jazz que se organizan en España, cautivando siempre al público con la amplitud estilística característica de su pianismo.
La manera de tocar de M. Petrucciani se caracterizaba por el ritmo, el sonido que imprime al piano, y una excepcional independencia polirrítmica de las manos derecha e izquierda. También como compositor, tenía preferencia por la música brasileña, siempre presente en sus discos.
Su fallecimiento se produce el 5 de enero de 1999, a causa de una afección pulmonar, sería enterrado en el
cementerio del Père Lachaise de París, junto a la tumba del, probablemente, mejor pianista frances de todos los tiempos, Frédéric Chopin.
Podéis comprobar en esta foto, como tuvieron que adaptar el pedal del piano para que pudiera llegar con el pie. |
Personalmente, considero a Michel Petrucciani, además de como uno de los mejores pianistas de jazz de todos los tiempos, como un ejemplo de superación para todos, del que tenemos que extraer una lección que debería acompañarnos durante toda nuestra vida.
Caravan