Pianista austriaco de origen judio, nació en Eger (República Checa) en el año 1903. En 1939 se hizo ciudadano norteamericano. Su padre, emigrante de Bielorrusia, fue cantante y tanto él como sus siete hermanos aprendieron a tocar algún instrumento.
En cierta ocasión Rudolf Serkin expresó “ni me acuerdo cuando empecé a tocar el piano”. De inmediato se evidenció que fue un niño prodigio, con gran talento musical, y de esta forma se le inscribió en el Conservatorio de Viena cuando apenas tenía 6 años, donde tuvo como maestro a a Richard Robert.
Más tarde estudió composición con Joseph Marx y Arnold Schönberg.
Con tan sólo 12 años hace su debut nada menos que con la filarmónica de Viena tocando el Concierto para piano y orquesta de Félix Mendelssohn.
En Viena conoce a Adolf Busch, 12 años mayor que él. Entre ellos se inició una amistad que durará toda la vida. El jovencito Rudolf se instala a vivir en la casa de la familia Busch. Pero en 1933 irrumpe el Nacionalsocialismo y recordemos que Serkin era judío, mientras que sus amigos no. A Busch se le prohibió tocar junto a Serkin por problemas raciales (de la misma forma que a Richard Strauss utilizar los libretos de Stefan Zweig). Hay que mencionar que el gobierno nacionalsocialista, y teniendo en cuenta el prestigio que ya se estaba ganando Serkin, le ofrece un cargo oficial, pero con la condición que no diera conciertos en público. Pero este rechazó dicha proposición de plano; por esta causa y previendo además los horrores que luego se desencadenarían tanto en Alemania como en su país de origen, se une a su amigo con su familia y se refugian en Suiza. Hay que destacar que desde niño, Rudolf vivió en carne propia la discriminación dado que en el pequeño pueblo en donde se le vio nacer habían locales en las cuales sendos carteles lucían la siguiente inscripción: “prohibida la entrada de judíos, checos y perros”.
En esa misma fecha el joven Rudolf Serkin, ya con 20 años de edad, se presenta en los Estados Unidos bajo la batuta de un director sumamente exigente: Arturo Toscanini. Este le tomó mucho aprecio, tanto por su personalidad como también en el aspecto artístico; lo tuvo bajo su batuta entre 1934 y 1936.
En 1935, Serkin se casa con Irene, la hija primogénita de su amigo.
En 1939 queda a vivir definitivamente en Estados Unidos, adoptando también su nacionalidad. En ese mismo año comienza enseñar en el Curtis Institute de la ciudad de Filadelfia, para convertirse luego en su director hasta el año 1977. A principios de los años cincuenta, junto a su amigo y suegro fundan el Festival de Música de Malboro en Vermont.
Rudolf Serkin ha sido considerado como uno de los mejores pianistas del siglo XX. En un principio hizo lo que la mayoría de sus colegas, es decir, tocar prácticamente todo, tanto los clásicos como los románticos, pero a medida que fue pasando el tiempo se fue concentrando en aquellos compositores que más se avenían a su temperamento: Bach, Beethoven y Schubert. Teniendo en cuenta a Beethoven, con el paso de los años hizo de su Hammerklavier (sonata Nº 29) el centro de sus interpretaciones ante el público. El enfoque interpretativo de este pianista, de técnica magnífica, era sincero, austero, pero de enorme expresividad, manteniendo su vigencia técnico – interpretativa hasta prácticamente cerca de su fallecimiento, el cual sucedió en Vermont (Estados Unidos) en el año 1991, cuando contaba con 88 años de edad.