Sus grabaciones de las obras de Mozart son muy apreciadas, a ellas les imprime su especial personalidad, sensibilidad e inteligencia. Al igual que Glenn Gould y otros pianistas, se sentía más cómoda interpretando en estudios de grabación.
Concierto para piano y orquesta nº 27 de Mozart
y pensar que muchas veces a los que nos gusta comprar discos preferimos gastar veinte euros por una novedad cuando por poco menos de tres euros (ahora no).hace unos años podiamos descubrir pianistas de la talla de esta mujer por muy pocas monedas.
ResponderEliminarAcabo de descubrir tu blog, ya te enviaré algun comentario mas. Te invito a que conozcas www.elclubdejazz.com que dirige Carlos Perez Cruz allí tengo una pequeña colaboración, curiosamente siempre hago una introducción clásica y a continuación siempre de jazz clásico
Saludos desde Asturias. Luis Díaz
He escuchado con atención la interpratación que hace Ingrid Haebler de la obra pianística de Mozart y estoy de acuerdo en los tres calificativos que pones : personalidad, sensibilidad, inteligencia. Personalidad para no dejarse llevar por un virtuosismo ramplón y facilón (es fácil tocar deprisa y sin alma). Sensibilidad para sentir la música, eso es patente pues cada nota, cada movimiento está trabajado. Inteligencia porqu ese necesita clarividencia para no caer en los tópicos mozartianos (rapidez, sensiblería y virtuosismo). Prueba de ello es su magnífica versión de la Sonata N. 12 in F K332, donde no cede a ningún cliché de la música, empezando su sonata en un Allegro que yo diría moderato y cantabile lo que le da mayor dramatismo a esta pieza cambiante y polivalente (por momentos tierna, por momentos desfogada.
ResponderEliminarInocencio Gómez.
Bueno espero tu opinion despues que la escuches tocando Franz Schubert - Impromptu Op 142 Nro 4 in f minor.
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