Pianista de origen austriaco nacido en 1930. Después de haber estudiado piano con Pazofsky y Grossmann, en 1942 se pone bajo la dirección de Bruno Seidhofer el cual por su parte había sido discípulo de Fr. Schmidt. Gulda amplia sus conocimientos musicales estudiando composición con Josef Marx. En 1944, con 14 años de edad gana el concurso internacional Ginebra.
Efectivamente, fue un ejecutante realmente talentoso que siguió creciendo, y de tal forma que en 1950 – con 20 años de edad- se presenta en el Carnegie Hall de Nueva York con gran éxito, interpretando para el público la versión integra de las 32 sonatas de Beethoven.
Para comienzos de los años cincuenta del siglo pasado el prestigio de Friedrich Gulda era muy grande. Sin embargo y sin desmerecer su orientación pianística, comenzó a orientarse de manera paulatina hacia la música del jazz. Este hecho llegó en ese momento a tal nivel, que fue invitado inclusive a los festivales de jazz de Newport. Creó además una Big Band que se llamó “Eurojazz Orchestra” y un concurso internacional de jazz en Viena. Gulda dio conciertos en los cuales hubo mezcla de música clásica con jazz.
Este pianista, al cual algunos lo juzgaban como un excéntrico, llegaba a dar conciertos en los cuales el auditorio presente no sabía que era lo que iba a escuchar: Gulda decidía prácticamente en el momento de sentarse al piano si tocaba una sonata de Mozart o alguna composición suya basado en un tema de la música “sincopada” o ambas cosas. Inclusive su excentricismo pasó a lo inimaginable: tocar a través de la televisión… completamente sin ropas. Pero se le toleraba dado que era un excelente pianista.
No debemos pensar en forma alguna que haya abandonado la música que lo llevó al estrellato, dado que llegó a efectuar estudios profundos y analíticos de las sonatas de Beethoven, recordando ello lo que Artur Schnabel había hecho varias décadas atrás.
En este aspecto, Gulda recomendaba ser muy cuidadoso con las interpretaciones de las sonatas de Beethoven. Por ejemplo destacaba que las indicaciones del genio de Bonn con respecto al uso del pedal no podían ser tomadas en cuenta en los días actuales. Ello lo fundamentaba en que en esa época recién comenzaba el uso de este recurso mecánico, y que su reverberación era inferior a los días actuales. Por lo tanto era necesario hacer las debidas diferencias en este aspecto para que el sonido no salga “sucio”. También aclaraba que no existía problema alguno en ejecutar estas sonatas de acuerdo a como fueron apareciendo, en orden cronológico. Ello se debe a que cada una de ellas ― las 32 ― tienen su propio mundo, sus propias características. Inclusive, aclaraba Gulda, Beethoven le quiso poner un nombre a cada una de estas obras. Teniendo esto en cuenta, no se puede decir que “el escuchar una sonata de Beethoven, es haber escuchado todas”. Este gran artista austriaco tuvo en muy alto concepto a este compositor alemán. En efecto, llegó a expresar que cuanto mayor nivel tiene el pianista el que ejecuta estas sonatas, menos son las libertades que se puede tomar. La obra en cuestión debe “poseer” al intérprete y no a la inversa.
Gulda fue además un excelente ejecutante de la música de Mozart y también creador de excelentes “cadencias” para los conciertos para piano y orquesta del genio de Salzburgo. Tuvo el privilegio de haber orientado de manera muy significativa a Martha Argerich. En ese sentido esta gran pianista expresó en cierta ocasión que llegó a admirarlo mucho, especialmente por su personalidad “un poco menos que subversiva...”.
Friedrich Gulda publicó un libro: “Worte zur Music”.
Su excentricismo llegó hasta el límite de fingir su propia muerte, envió un fax anónimo a la agencia de noticias APA anunciando que un infarto había puesto fin a su vida el 28 de marzo de 1999 en el aeropuerto de Zúrich. Al año siguiente, un infarto masivo de miocardio pondría fin a su vida, el 27 de enero de 2000, justo el día en que nació uno de sus ídolos Wolfgang Amadeus Mozart, contaba en ese momento 69 años de edad.
http://www.gulda.at/
Concierto nº 20 para piano y orquesta de Mozart K466
Aquí lo podeis ver dirigiendo la orquesta y tocando el piano a la vez, realmente prodigioso.
por segunda vez un genio
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